A veces –según algunos muy a
menudo –el gobierno dicta normas que pueden ser calificadas de injustas. Ante
ello, en teoría, la mayoría de la población, si comparte el calificativo de
injusto para esa determinada ley o para esa determinada orientación política
del gobierno, puede cambiarlo mediante el sistema electoral. Efectivamente,
todo ello es en teoría, porque el poder se ejerce, y con él las maniobras
necesarias para que asumamos decisiones, que minutos antes nos parecieron inasumibles. (Leer mas en la nueva web)
miércoles, 5 de junio de 2013
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